jueves, 2 de febrero de 2012

El Señor de las Bestias II: La Puerta del Tiempo

El bueno de Marc Singer protagonizó una entretenida (aunque no demasiado destacable) “El Señor de las Bestias”, allá por 1982 (ya sabéis, los ochenta hicieron mucho daño). Diez años después, alguien tuvo una idea genial y volvió a liar a Singer para enfundarse de nuevo el traje de Dar (o desenfundarse, ya que se pasa toda la película con apenas un taparrabos). Ya tenemos segunda parte en marcha, ¿Qué podría salir mal?



Dar (Eric Singer) sigue siendo el Señor de las Bestias, un guerrero bárbaro tipo Conan (aunque un poco más esmirriado) capaz de comunicarse con los animales y de hacer cosas más o menos chulas con una espada. Esta vez algo más fondón y con una peluca que parece de estropajo. Esta vez, debe enfrentarse a su malvado hermano, el cual viaja a través de un portal dimensional a otro mundo… que resulta ser el nuestro. Ya de entrada tenemos la primera cagada. Viajan a otra dimensión, pero el título es “a través del portal del tiempo”. ¿En qué quedamos? ¿Viajamos en el tiempo o en el espacio o a otra dimensión? Mal vamos, si tan poca atención han puesto ya solo en el título.

El Señor de las Bestias, con su pelo extropajo pasado por alcohol y sus animalitos,
se cuela en nuestro mundo y hace una nueva amiguita.


Según empieza la película, vemos que la única relación con su antecesora es Dar. Ni un ápice de continuación o de explorar el mundo de la primera entrega. La bella Tania Roberts ni aparece, y los hurones, lo más entrañable de la película, pasan a un triste segundo plano. Para rematar, se inventan un nuevo hermano, esta vez malvado. El malo y la bruja secuaz que le acompaña son bastante risibles, y aunque ella tiene un pase, él adopta un papel más propio del secundario cómico, bastante bochornoso. Ya desde la escena en que la bruja abre el portal y le muestra la ciudad de Los Angeles y la poderosa arma (una bomba de neutrones, fíjate tú), el malo adopta una pose ridícula y cómica en su obsesión por conseguir la poderosa arma en nuestro mundo para conquistar el suyo. Ridícula por que además tiene un arma chachipiruli que lanza rayos y todo.

Para ahorrar costes, juntamos al malo y al secundario cómico en uno solo.
En nuestro mundo, Dar se encuentra con una jovencita rebelde que conduce un Ferrari. Vamos, del tipo, “O sea, soy rebelde, ¿vale?”. Todo explicado por qué es la hija inconformista de un senador conservador. Intentando ahondar en las crisis de los conflictos generacionales, para darle calaje al guión. La verdad es que era la única manera de meter un Ferrari en un mundo de fantasía, que eso queda chulo. Total, que el bárbaro y la rebelde se hacen amiguitos, mientras los malos intentan adaptarse al nuevo entorno, dando lugar a otra escenita supuestamente cómica en la que entran en una tienda de moda. Ella, coge un modelito divino de la muerte, y él trata de poner un traje a medida… encima de la armadura. Bochornoso.

Reconozco que la mala no tiene mal tipo y los modelitos que lleva tienen su aquel... pero no llega a convencer.

Previsible, simplón, infantiloide y sin un ápice de interés. Ni siquiera aunque te gusten las películas de bárbaros y espadas. Tras el fiasco, unos cuatro años atrás, de traer a He-Man a nuestro mundo, no sé por qué pensaron que a Dar y sus animalitos les iba a ir mejor. Encima, despide ese tufo chusco-ochentero, con la estética, la música y la poca originalidad (no me entendáis mal, en los ochenta había cosas muy originales… y muchas cosas que no lo eran). Pero claro, los ochenta ya habían pasado, así que sigue sin ser excusa. Y para esto necesitaron cinco guionistas, que debían odiarse a muerte entre ellos. En las interpretaciones no me voy a meter, ya que al propio Señor de las Bestias a veces parece que le dé miedo llevar en el puño al halcón, y no hablemos ya del malo/secundario cómico. El final no depara ninguna sorpresa (como el resto de la película), y la idea apenas da para más.

El malo siempre muere. El secundario cómico suele morir.
Este tio se merece las dos muertes... y alguna más, de propina.

Lo único bueno, es que esta vez al tigre no le pintaron de negro. Y creo que ya, no hay mucho más que destacar. Por suerte, a Marc Singer siempre le quedará “V” para decir que hizo algo decente.

6 comentarios:

  1. No la he visto pero con estos datos no la voy a considerar un clásico pendiente.
    criticaslocas

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  2. Lo terrorifico es que yo si la he visto, era un oscuro recuerdo ahogado por el grito mental de la impresión. Ahora lo recuerdo todo. Muchas gracias. Asi te la pique un pollo.

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  3. a mi me parece una buena pelicula respecto a muchas de las que se hicieron por esas fechas recuerdo la mierda de superman 4 se suponia que deberia ser con mejores efectos ya que casi daba el salto a los 90 y era la peor con diferencia lo unico que me gusto fue el guion creo que fue bueno seria algo a proponer para un remaker para hoydia...ese tio de fuego seria la ostia..saludos a todos y no metais tanta caña gratuita para ser buen critico no hace falta ser malo....

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  4. Pésimo.resulta ser. Dar tenia hermano mayor?y malo?osea q el tenia derecho al trono?por ser primogénito y no dar?el pelo estaba horrible mira q pintarlo q horror.y es acá donde regala alos ladronsuelos? Eso no me gusto para nada

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  5. para la tv hubiera sido aceptable,pero creo que llegaron a estrenarla en cines.muy inferior a la primera, pero aceptable para una tarde aburrida.

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  6. La 1 era una película muy guapa y si es cierto estuvo en cine

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