jueves, 22 de diciembre de 2011

Transformers

Algo que me repatea soberanamente es la facilidad que nos expone Hollywood para destrozar y patear nuestros recuerdos de la infancia, en un claro acto de intentar recaudar un máximo de taquilla usando el niño que llevamos dentro. En uno de estos rescates del pasado, con la garantía de Spielberg detrás del proyecto y aparentemente mucho dinero de por medio, se atrevieron a actualizar los Transformers. Aunque ver el nombre de Michael Bay no me inspiraba mucha confianza, y la presencia de Shia LaBeouf me daba miedo, mis recuerdos de aquella época y de mis madrugones para ver la serie de dibujos animados antes de ir al cole me impulsaron a darle un voto de confianza.





Tristemente, tengo la sensación de que se han meado en mis recuerdos, y encima, me han cobrado por ello. Me cuesta decidirme por dónde empezar a criticar esta cinta. De entrada, el argumento es bastante ridículo y carente de sentido. El pringadillo del instituto quiere ligarse a Mikaela, la tía buena del instituto. Poner a Shia como pringadillo es algo que considero un acierto, poner a Megan Fox como tía buena buenísima es discutible (yo pienso que, aunque tenga un cuerpazo, tiene cara de asco), pero intentar hacer pasar a ambos por adolescentes es algo ridículo. En todo caso, el pringadillo piensa que la mejor manera de conquistar a la churri es con un cochazo… de segunda mano (eso son luces). Casualmente, nuestro pringadillo (cuyo nombre en la película es igual de pringado, Sam Witwicky) además posee sin saberlo la pista que conduce a la CocaCola, esto… no, perdón, a la Chispa de la vida, tras la cual están los Decepticons (los malos)y los Autobots (los buenos). En busca de esta pista (que a un servidor, después de ver la película, no le quedó del todo claro a cuento de qué venía), un autobot, Bumblebee, se adelanta y contacta con Sam para hacerse su amigo y ayudarle a ligarse a la chica, que es lo que al chaval realmente le importa.

Bonita manera de ligarte a una chica.
En esta imagen, además, vemos los "meritos" de Megan Fox para estar en la película.


Mientras tanto, en algún desierto de Oriente Medio, aterrizan varios Decepticons con intención de usar la red del ejército americano para encontrar la Chispa, lo que conlleva una serie de espectaculares combates entre los aguerridos y sufridos marines y los imbatibles Decepticons.

Las escenas del desierto son quizá lo más espectacular de la película.
A partir de ahí se reproducen algunas escenas especialmente bochornosas, a saber [Zona Spoilers]:
-    la compra de Bumblebee (que casualidad, oye, que estaba justo en el mismo concesionario donde Shia va a comprar su coche para ligoteos)
-     el “creible” flirteo entre Sam y Mikaela
-     la presentación de los autobots, donde los vemos como bichos raros irreconocibles y sin personalidad ninguna, y donde nos dan una patética explicación de por qué Bumblebee habla tan raro (otro detalle bastante reprobable, por cierto). Es una de las escenas más decepcionantes de la película, ya que si esperabas poder reconocer a los personajes de tu infancia, debes olvidarte de ello. Además, Optimus es un soseras sin carisma ninguno que es líder por qué sí, ¡y ni siquiera se han molestado en imitar esa voz grave y carácterística (con acento sudamericano latino neutro) que tenía en los dibujos animados!
-     la escena de los autobots jugando al escondite en el jardín de Sam, para que sus padres no los vean (esta última es especialmente insufrible). Un cacharro de cuatro metros de altura que se mueve como un elefante en una cristalería, escondiéndose detrás de la esquina para que no le vean por la ventana. Ejem…
Finalmente, con un desarrollo del guión bastante cogido por los pelos, los marines del desierto llegan a Estados Unidos, se juntan con Sam y una organización super-secreta del gobierno y se produce la gran batalla épica. Otra escena bochornosa, en la que el jefazo de los marines, después de haberlas pasado canutas en el desierto asediado por los robots, le hace caso a un niñato que le dice que son buenos. Con lo razonables que son los marines en esas situaciones, la conversación se torna muy creíble, sí señor. [Zona Spoilers END] 

La lucha final es un caos absoluto...
En la escena de acción final es donde el director Michael Bay deja su propia huella personal, ya que es una persona que, habiendo reconocido abiertamente que no le gusta el cine de acción, hace cine de acción. Toma ya. Su concepto de acción trepidante se basa en que el espectador no se entere de lo que está pasando en la pantalla, ya sea por no dejar de mover la cámara muy rápido y a todos lados al mismo tiempo, o por saturar la imagen de efectos especiales borrosos y confusos, mareando y desorientando al espectador. Así, llega un momento en el que me sentía incapaz de saber cual autobot estaba pegando a qué decepticon, ni quien iba ganando, ni nada de nada.


El barroquismo de los diseñadores ha dejado irreconocibles los enormes robots.

Y es que el barroquismo recargado de efectos especiales es una de las taras de la película (aunque siempre habrá a quien le guste). Si recordamos la serie de nuestra infancia, los transformers eran lisos, sencillos, y sus transformaciones lógicas y entendibles (hasta cierto punto). En la película, son recargados, erizados de cables, antenas y tuneados cuales coches bakalas, y sus transformaciones son imposibles de seguir. Tan recargados son que apenas son irreconocibles, cosa que particularmente a mí me ha desagradado un poco. Es más, Megatron ni siquiera se transforma en pistolón, sino en nave. Otra decepción más a la saca.

Como no, mención aparte merece Shia Labeouf, el cual se está ganando a pulso un espacio en este blog como Infumable en sí mismo. He llegado a la conclusión de que Spielberg debe tener un amor homosexual secreto con este chico, porque es impensable que haya estado al frente de Transformers (en tres ocasiones), y que se haya ganado el puesto de hijo de Indiana Jones (y seguramente, su sucesor… tierra trágame). Sobre Megan Fox, poco se puede decir sobre una modelo con cara de asco y escasas dotes interpretativas.
En conjunto resulta una película lamentable, cuyo presupuesto y previsibles ganancias entre el público nostálgico y los más jóvenes se merecían algo más de esfuerzo por parte de todo el equipo de producción.

1 comentario:

  1. Elderane, te hago la ola...Menuda castaña, las tres partes! Las escenas de acción son tan rápidas que no entendí nada, pero nada de nada. Quieren impresionar tanto que parece de cachondeo, a la altura de Humor Amarillo. Y la selección de actores es nefasta.
    Bueno, es que tenía que desahogarme...
    criticaslocas

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